Pickleball para todos y todas

El innovador deporte que crece en la provincia y pisa fuerte a nivel nacional
Por Valentina Urteaga
Desde hace unos pocos años, un nuevo deporte empezó a sonar con fuerza en distintas ciudades del país. El “pickleball” fusiona elementos del tenis, bádminton y ping pong. Aunque nació en Estados Unidos en la década del 70, su llegada a Argentina es muy reciente. En Córdoba y particularmente en Río Cuarto, esta disciplina empieza a marcar territorio y abrir nuevos caminos.
El pickleball es un deporte de paleta que se juega sobre una cancha similar a la de bádminton, con una red baja y una pelota plástica perforada. Sus dimensiones reducidas del campo, lo convierten en un juego de reflejos y precisión. Se caracteriza por su dinamismo e inclusión, “personas de todas las edades pueden practicarlo. Se puede jugar en formato single o dobles, con reglas simples que lo hacen fácil desde el primer encuentro”. Así lo afirma Belén Salvatierra, referente de la disciplina.

Salvatierra vive en Alta Gracia, es profesora de tenis y fundadora de la primera escuela de pickleball de la provincia. Con actividades de formación, partidos y encuentros amistosos, convoca a más de veinte personas semanalmente. “Todos los que van y lo prueban, terminan enganchados. Es súper divertido y no necesitás tener una base técnica desarrollada para empezar a jugar, tampoco hace falta experiencia en deportes del estilo”.
A nivel nacional, comenzó a practicarse alrededor de 2021, especialmente en Buenos Aires. Sin embargo, hubo quienes lo conocieron antes gracias a experiencias en el exterior. Así fue el caso de Belén, que descubrió el deporte a través de un alumno que lo había probado en Miami. Empezó a investigar y se encontró con un club de Avellaneda, dónde el pickleball ya tenía su espacio. No dudó y se volcó de lleno: “fuimos a probar con mi compañera y no salimos más. Nos pareció muy dinámico y sobre todo divertido. Desde ahí empezamos a entrenar y a formar escuela”.

Río Cuarto se convirtió en una de las ciudades pioneras en el interior. Sus profesoras Silvina Hernandez y Mariana Martin, formadas en Educación Física de la Universidad, organizan clases, encuentros y buscan nuevos espacios donde practicar la disciplina. Las primeras interacciones entre alumnos de Alta Gracia y Río Cuarto, dejan ver un espíritu colaborativo que va más allá de la competencia: “Se generó algo muy lindo. La idea es que cada club que tenga una cancha libre, se anime a probar este deporte. Es una semilla que queremos sembrar en cada lugar al que vamos”.
En Río Cuarto hay canchas en la Universidad nacional y en el Club El Malón.
Aunque en Buenos Aires se concentran la mayoría de los torneos y clubes con mayor infraestructura, Córdoba y Río Cuarto comienzan a marcar su presencia. Los objetivos de quienes impulsan el deporte son claros: contagiar entusiasmo, formar nuevas escuelas y llevar el pickleball a más localidades e instituciones.

Más allá del crecimiento nacional, el pickleball también ofrece oportunidades a nivel internacional. El año pasado, Belén representó a Argentina en el Mundial de Perú, junto a su compañera. “Fue una experiencia inolvidable. No esperábamos ni pasar de fase, y llegamos a octavos de final. Había equipos con muchísimos años de entrenamiento y torneos encima. Para nosotras, haber estado ahí con nuestra bandera, ya fue todo”, cuenta entre lágrimas y mucha emoción.
En este año, se disputan tres nuevos clasificatorios con pasajes al Mundial de octubre en Miami. El primero se disputará el próximo fin de semana en Rosario, los dos restantes, tienen sede en Buenos Aires. Durante la preparatoria, Salvatierra entrena física, técnica y mentalmente, compite cada vez que puede y hace viajes mensuales a Capital para aumentar su nivel. Todo eso sin dejar de dar clases y fomentar el crecimiento del pickleball.
“Lo que me motiva a seguir, es saber que va a explotar”. Belen considera que este deporte permite soñar, aprender cosas nuevas sin importar la edad ni el nivel. “A nivel personal, no hubo nada más lindo que representar al país, pero también hay mucha felicidad en cada clase, en cada encuentro, en cada persona que descubre el pickleball por primera vez”.

Sus proyectos a corto y largo plazo son ambiciosos pero concretos: busca visibilizar el deporte en cada rincón de la provincia, hablar con autoridades de localidades cercanas, realizar demostraciones en escuelas y clubes, organizar torneos locales y regionales, y lograr que el interior tenga más protagonismo a nivel nacional.
“Para quienes quieren dar sus primeros pasos, el consejo es claro: animarse. Con una simple clase ya es posible jugar un partido. Solo se necesitan ganas de divertirse y compartir”. Actualmente, las escuelas están abiertas a recibir a nuevos jugadores y jugadoras, y los encuentros recreativos son una buena opción para iniciarse en el deporte.
En un contexto donde muchos deportes ya cuentan con estructuras rígidas y mucha demanda, el pickleball aparece como una opción inclusiva, social, accesible y con un prometedor futuro. Río Cuarto ya es parte de ese camino, pero falta que más personas, autoridades e instituciones se sumen, para que la disciplina crezca desde sus bases hasta lo más alto.