Canchita Chica

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MEDIO DEPORTIVO

23 mayo, 2025

Pascual Ramírez, con las bochas en la sangre

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Por Federico Esmael Illa

Pascual Ramírez probo por primera vez a los siete años. A los ocho, lo dejó. Y como tantos pibes de su generación, se fue detrás del fútbol. Pero una lesión en la rodilla a los 14 años lo obligó a parar, y fue entonces cuando las bochas, ese deporte que siempre estuvo en su casa, volvieron para quedarse. «Lo que me atrajo fue que es un deporte de familia», cuenta.

Desde entonces, su trayectoria no paró de crecer. Jugó en juveniles, debutó en mayores en 2009 y, con los años, fue sumando títulos: tres en juveniles, siete provinciales, cinco argentinos, un panamericano. En todo su recorrido destaca a una persona clave, Dante Berardo: “Es la persona que siempre confió en mí. Si hay alguien con quien tengo que estar agradecido es con él”.

Representar a la selección argentina fue uno de sus sueños. Lo cumplió. Y lo vivió con intensidad: “Fue algo muy lindo. Tuvimos la suerte de salir campeones ese año. Fue una experiencia que ojalá se repita”.

En su memoria aparecen torneos decisivos: el provincial juvenil de 2004, el primer título mayor en 2009, el argentino de 2015 donde revirtieron una semifinal emocionante, y una final transmitida por televisión en Bahía Blanca. “Son momentos únicos. Todos esperamos lograr esos títulos. Es una felicidad enorme por el esfuerzo que uno hace para llegar”.

A pesar de ser campeón internacional, su realidad es la del amateurismo: trabaja, tiene familia y entrena cuando puede. “Me quisiera preparar mejor, pero no vivo de esto. Entreno dos veces por semana y salgo a competir. Compitiendo se logran cosas”.

Su mayor fortaleza es el arrime, sobre todo en canchas sintéticas. Pero también tiene una claridad sobre la estrategia del juego: “Hay estrategia, pero es según cómo se dé el juego, lo mío es básico”.

Río Cuarto no es solo su lugar de nacimiento: es su origen deportivo y afectivo. Compartió equipo con su papa, su hermano y su tío. “Para mí, Río Cuarto lo es todo” expreso con emoción.

Un sueño que tenía era jugar con su hijo y ya lo cumplió. Ahora, queda uno pendiente: “Mi sueño es poder jugar un Mundial con la selección argentina”. Y si algo demostró este campeón de las bochas, es que los sueños, cuando se tiran bien, también se arriman.

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