Canchita Chica

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MEDIO DEPORTIVO

Panteras: una apuesta al crecimiento del Softbol femenino en Río Cuarto

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El equipo de Centro 11, Panteras, se conformó hace más de dos años. Es el segundo club que practica softbol femenino en Río Cuarto. Este año buscan consolidarse y sentar bases firmes. Dialogamos con la jugadora Daniela Palacios, en un repaso de sus inicios y la actualidad en el deporte.

Por Aixa Contrera

Las instituciones educativas fueron pioneras del softbol en Río Cuarto. En la década del ‘70, los intercolegiales y torneos eran habituales y fueron el puntapié para que los clubes empezaran a practicarlo. Sin embargo, con el pasar de los años la práctica se redujo al ámbito escolar, y en menor medida a los clubes. Con aires de renovación ha

“Siento que estoy cumpliendo un sueño que de chica tenía. Empecé jugando al softbol en el primario, en educación física. Me gustaba mucho, recuerdo que después de un buen bateo siempre festejaba por dentro porque lo que había practicado en mi casa, con un palo de escoba como bate, salía bien”, recuerda la jugadora de Panteras, Daniela Palacios.

El softbol femenino sólo podía practicarse en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Sin embargo, hace poco más de dos años se conformó el equipo femenino de softbol de Centro 11, Panteras. “Estamos en la etapa de consolidar y formar como jugadoras a cada una de nosotras. Aún son comienzos, pero es muy positivo lo que venimos haciendo por el softbol en la ciudad”, dijo Daniela.

El deporte que vivió su época dorada hace algunas décadas atrás, busca renovar los aires y tener mayor reconocimiento. Palacios considera que hay poca información sobre los clubes que tienen la actividad, por lo que más allá de las escuelas las personas no saben que hay equipos masculinos y femeninos de softbol. “Con Panteras intentamos ser el lugar donde todas -niñas, adolescentes y mayores- puedan soñar en grande, porque el softbol en Argentina está en crecimiento y Río Cuarto no queda afuera de ese crecimiento”, afirmó.

No solo es un grupo de jugadoras, sino también de amigas donde lo importante es disfrutar el deporte y ayudarse mutuamente. Daniela ocupa la posición dos dentro del campo de juego, es catcher. Pero si el equipo lo necesita, juega en otras posiciones.

La actualidad de “Las Panteras”

El plantel está conformado por 25 mujeres, entre ellas juveniles y adultas. La mayoría conoció el deporte durante su escolaridad o bien nunca lo habían practicado. Además, poseen una escuelita en el barrio San Pablo, donde niñas practican softbol. La intención es que el softbol femenino tenga proyección en la ciudad.

– CC: ¿Con qué objetivos arrancaron este año?

– D.P.: Nuestro principal objetivo es entender la disciplina de la mejor manera y consolidarnos, para poder ser el cimiento de las nuevas jugadoras.  Queremos que queden patrones bien marcados, para que las nuevas generaciones sean equipos fuertes y competitivos.

Las dirigidas por Alejandro Gonella y Jesús Olguin (encargado del equipo) entrenan martes y jueves en el velódromo del Polideportivo Municipal N°2. La catcher de “Las Panteras”, invitó a que todas las adolescentes, jóvenes y adultas se sumen al equipo, “no hay ningún límite en este deporte, lo principal es no tener miedo y tener inteligencia para comprender cada movimiento, algo que se logra con el tiempo”, afirmó Daniela.

El último torneo en el cuál participaron fue la Copa Otoño Río Cuarto de Softbol que se disputó entre el 29 de abril y 01 de mayo. Allí participaron en una serie de partidos junto a Universidad Nacional -que fue sede- y Belgrano Softbol (La Pampa). No hay un torneo activo todo el año, con partidos contínuos, sino que la competencia se da en fechas especiales.

-CC: ¿Qué significa el softbol en lo personal?

-D.P.: Hace mucho tiempo lo juego. Empecé en Universidad, abandoné para jugar al fútbol y regresé a jugar cuando se formó Panteras. Estoy viviendo un tiempo de recompensa a mi corazón y pasión por el softbol. Para mí es muy importante, aún tengo la misma fuerza y ganas que tenía en la niñez y lo practicaba en mi casa con un palo de escoba. Es una pasión sin límites, siempre te permite soñar.

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