Canchita Chica

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MEDIO DEPORTIVO

Natasha Mondino: “A nosotras nadie nos valora siendo mujeres jugadoras de fútbol”

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La arquera de Gil Vicente de Portugal contó su experiencia fuera del país y su sueño por cumplir. Además, habló sobre la diferencia que todavía se vive entre el fútbol femenino y el masculino.

Por Manuela Gómez

Natasha Mondino hizo las inferiores en Alcira Gigena. “En la esquina de mi casa, jugando con mis primos y vecinos en la canchita del barrio”, recordó ella. A los 6 años, su vida ya giró en torno al fútbol. No jugaba en el arco porque no la dejaban los chicos, era delantera. A veces, después de discutir bastante la dejaban atajar. “Recién a los 12 se empezó a hacer el futbol femenino y jugábamos en cancha chica algunos campeonatos”, dijo Natasha. La primera camiseta que vistió fue la de Roncedo.

A los 18 hizo una prueba en Talleres de Córdoba y a los 19 debutó en primera con la T. Tuvo un paso por Estudiantes de Río Cuarto y después se fue a España. Actualmente juega en Gil Vicente, Portugal.

“Lo que más me identifica es cómo salgo en los mano a mano. Soy muy rápida de piernas entonces apenas veo una pelota que va entrando al área ni siquiera dejo recibir o patear. Salgo y me quedo con la pelota”, describe la arquera sobre su mejor virtud. Además, afirmó que con los pies no se identifica porque cuando jugaba en Talleres no se jugaba mucho para atrás. Recién cuando fue a España empezó a jugar con los pies como una más. Otra habilidad de Natasha son los penales, ha logrado ganar algunas finales con una buena actuación bajo los tres palos.

“El futbol me gustó desde chica. Antes no había fútbol femenino. Ahora a los 3 años tienen la posibilidad de ir a una escuelita de fútbol las nenas”, describió la arquera. Cuando era chica ella jugaba al hockey. Cuando tuvo la posibilidad de jugar al fútbol, Natasha estudiaba, trabajaba e iba a jugar. “Cuando me fui a España y empecé a vivir del fútbol, me di cuenta de que no existe nada como el fútbol y que me quería dedicar a esto”, añadió ella.

Sobre la desigualdad de género que todavía se vive en el fútbol, Natasha contó: “A nosotras nadie nos valora siendo mujeres jugadoras de fútbol. Nadie toma la dimensión de lo que es que uno llegue tan lejos jugando al fútbol. Es muy discriminatorio para las mujeres. Nadie valora el trabajo que uno hace de irse lejos del país y estar lejos de la familia y dedicarse a jugar al fútbol”

“Al principio es complicado. Uno sueña con jugar en primera división, pero es a base de mucho sacrificio llegar lejos. Tenes que aguantar millones de cosas. El fútbol es mucho más que pararse en una cancha y ponerse a jugar. Todos los días hay que ir a entrenar y con ganas de aprender. Hay más malas que buenas cuando empezas, pero hay que aguantar”, relató la arquera sobre lo que implica recorrer el camino del sueño.

La semana que viene regresa a Portugal y afirma que se extraña mucho la familia y la vida de pueblo que allá no se puede construir a pesar de hacer amistades, no es lo mismo. Sobre su futuro, ella explicó: “Vivo año a año. Nunca tengo una proyección a futuro. El año pasado llegué a Portugal con mucha ilusión, jugué 2 partidos y me lesioné y se terminó mi año futbolístico. Por eso nunca pienso qué proyectar, porque no sé qué me depara la vida. Tengo pensado jugar un tiempo más y volver e instalarme en mi casa porque se extraña mucho la vida de acá, lejos de mi gente”

Natasha tiene un sueño por cumplir cuando regrese a su hogar, lo describe así: “Tengo un sueño que es tener mi escuela de fútbol, con entrenamiento de arqueros, fútbol femenino y masculino. Poner eso para mí. En un futuro poder dedicarme a eso. Ojalá algún día lo pueda cumplir para poder retirarme del fútbol de la manera que quiero”.

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