Canchita Chica

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MEDIO DEPORTIVO

María José Boloquy hace escuelita en Río Cuarto

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Tras su paso por el fútbol profesional como jugadora de San Lorenzo de Almagro, María José Boloquy regresó a Río Cuarto para vestir los colores de la “Uni” y poner en marcha su propia escuelita de fútbol formativo para niñas.

La mediocampista que fue durante tres años una pieza importante en el plantel de primera división del “Ciclón” decidió dejar el fútbol profesional y volver a jugar en la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto en el club que la vio nacer futbolísticamente.

Así fue como en 2019 regresó de Buenos Aires, se recibió de directora técnica nacional de fútbol (ATFA) y ya abrió su propia escuelita de fútbol en nuestra ciudad, con el objetivo de generar un espacio para que las niñas puedan aprender a jugar y divertirse.

“Yo amo el fútbol y también es mi medio de trabajo. Ser una apasionada del fútbol y poder enseñar a las niñas a practicar este deporte es algo hermoso”

Como formadora de las más pequeñas, María Boloquy (22 años) resaltó la importancia de realizar un buen trabajo con las niñas. “La capacitación en divisiones inferiores es fundamental para las niñas. Yo no tuve esa posibilidad y eso se vio reflejado cuando llegué a primera división. Entonces, que hoy una niña se forme es muy importante porque cuando ya tiene 15 años va a tener las mismas posibilidades que los varones siempre tuvieron”, señaló la jugadora y entrenadora.

Valoró mucho que ahora haya otra mirada de los padres respecto al vínculo entre las niñas y el fútbol. “Ahora los padres se animan a llevar a su hija a fútbol y eso es muy bueno, ya que antes lo más común era que las niñas fueran hockey y los varones a fútbol. Ahora hay más aceptación en que las niñas se sumen. Este cambio permite que tantos varones como mujeres pueden practicar el mismo deporte, eso es hermoso”, valoró la coordinadora de la escuelita Crecer es crear.

“Para nosotros como formadores el objetivo es que los niños se diviertan y aprendan a jugar practicando este deporte”

La profesora de Educación Física y directora técnica nacional consideró que en la parte formativa hay que apuntar a que la niña o el niño aprenda la técnica y la táctica desde una dinámica pedagógica centrada en el fútbol como un juego. “Desde nuestro lugar tenemos que brindarles las herramientas para mejorar sus conocimientos técnicos y tácticos, a partir de entender al fútbol como un juego y que ellos se diviertan. Después con el correr del tiempo van a ir viviendo lo demás y sumando experiencias en lo competitivo”, precisó.

También afirmó que es fundamental trabajar desde las primeras edades con ciertos valores como el respeto a los demás, el compañerismo y el juego en equipo.  

Respecto a su nueva función como entrenadora, manifestó que «ser DT mujer es un desafío constante». Remarcó que todavía queda mucho camino por recorrer porque es una profesión muy competitiva y en donde los hombres están muy preparados. Consideró que con mayor formación las mujeres van a ir logrando tener protagonismo como ténicas en equipos de primera división del fútbol profesional, algo que por ahora es una cuenta pendiente en nuestro país.

En el plano personal sostuvo que por ahora no quiere ser DT de ningún equipo aunque dijo que más adelante le encantaría. «Para ser DT primero tengo que dejar de ser jugadora porque seguiría viendo y viviendo lo que pasa adentro de la cancha como una jugadora», expresó.

Luego de tantos meses sin actividad por la pandemia María Boloquy comenzó con las prácticas formativas-recreativas en la escuelita de fútbol y también sigue entrenando con la mirada puesta en 2021.

“El fútbol es mi pasión”

Desde muy pequeña María Boloquy ya sentía una enorme pasión por el fútbol, a tal punto que ante la negativa de sus padres aprovechaba los recreos en el colegio para salir a jugar al fútbol.

Sus padres no querían que jugara al fútbol por miedo a que se lesionara y porque consideraban que no era un deporte para una mujer, pero cuando se vino a estudiar la carrera de Educación Física a Río Cuarto les dijo que quería jugar. Ante la insistencia de María José ellos aceptaron y la acompañaron.

A partir de allí comenzó su destacada participación en el equipo de la Uni en donde se consagró dos veces campeona y fue distinguida con 3 botines como mejor volante central integrando el equipo ideal. En 2016 también tuvo un notable rendimiento como jugadora de Rosario Fútbol Club, lo cual le permitió al año siguiente dar el salto al fútbol profesional como jugadora de San Lorenzo de Almagro, club en el que debutó el 22 de abril de 2017 y en donde jugó durante tres años.

“El fútbol es mi pasión, asique el balance es muy positivo. Haber llegado a jugar en primera división viniendo de un pueblito tan chico como Villa Sarmiento no es fácil. Río Cuarto me abrió las puertas para cumplir el sueño de jugar en primera. Es difícil llegar y yo tuve la suerte de hacerlo”, valoró la joven.

«Majo» Boloquy en el equipo UNRC Blanca

Volver a los orígenes

Defensora y amante de los deportes en equipo, la joven jugadora y entrenadora se resiste a colgar los botines y quiere seguir disfrutando adentro de la cancha. Por eso decidió seguir entrenando para estar en forma para tener un muy buen 2021.

El 2021 será un año importante para María José Boloquy ya que marcará su regreso como jugadora en el torneo de fútbol femenino organizado por la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto, y será con los colores de UNRC, equipo en el que surgió y con el cual logró dos campeonatos (2014 y 2015).

“La idea era retirarme este año, pero la verdad es que con todo lo que pasó tengo ganas de seguir un año más”

Tras su paso por el fútbol profesional como jugadora de San Lorenzo de Almagro, María José remarcó el excelente nivel que tiene la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto, aunque manifestó que todavía sigue existiendo mucha diferencia en la parte física.

Mientras sigue esperando volver a pisar el capo de juego, sigue dando sus primeros pasos como entrenadora en su escuelita de fútbol. Desde ese lugar viene construyendo una propuesta en equipo, para que las niñas tengan la formación que a ella le faltó y un espacio para jugar al fútbol, crecer y divertirse.

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