El patín como forma de vida: Insistir frente los obstáculos y adversidades

Romina Vilches es profesora de patín y tiene objetivos claros: hacer que sus alumnas disfruten, tengan valores y, sobre todo, que nunca se den por vencidas.

Por Gabriel Sáenz

Romina Vilches, trabaja en las vecinales Roque Sáenz Peña y Fénix como profesora de patín. Actualmente, cuenta con aproximadamente 70 alumnas a su cargo en diversos horarios y grupos.

Su relación con el patín inició desde pequeña en su pueblo natal, pero luego trasladó su pasión a Río Cuarto: “A los 5 años comencé a practicar patín en el Club Jorge Newbery de Ucacha. Por cuestiones laborales de mi papá, tuvimos que mudarnos a Río Cuarto y seguí patinando en la Vecinal Roque Sáenz Peña”, explicó Romina.

En su etapa como patinadora, compitió siempre en la disciplina libre hasta el año 2013 que, por cuestiones de tiempo, no alcanzaba a entrenar todo lo necesario. “Comencé a dar clases en el 2011, por eso competí hasta el 2013. Las horas que antes usaba para entrenar, las fui usando para enseñar y atender a las patinadoras. Por esa razón, decidí dedicarme de lleno a dar clases y competir de manera individual”.

“Empecé a dar clases por Marcela Romero, una profe que me ofreció hacerme cargo de dos grupos de estudiantes en la vecinal Roque Sáenz Peña y de la Vecinal San Pablo. Con el correr de los años me quedé con la vecinal Roque Sáenz Peña, muy feliz porque es el lugar donde comencé a patinar cuando vine a vivir a Río Cuarto”, agregó Romina acerca de sus inicios como profesora.

“Enseñar patín no sólo es enseñar técnica o distintos recursos, sino que también comprende inculcar valores a los alumnos y desarrollarlo con mucha responsabilidad”.

Con el objetivo de mejorar su nivel de enseñanza Romina Vilches decidió profesionalizarse: “En 2018, comencé a estudiar la Tecnicatura Universitaria en Deportes de Patinaje, la cual tiene una duración de dos años. En diciembre de 2019, obtuve el título, con mucho orgullo, siendo la primera profesora de Río Cuarto en lograr ese título”.

“Aspiro como profe, poder hacer que las alumnas vayan sorteando las distintas dificultades e instancias evaluativas, y me reconforta mucho. A su vez, esto nos motiva para seguir creciendo y avanzando dando lo mejor que uno tiene. Crecer hasta donde se pueda”, agregó Romina.

Para ella, el patín es como una pirámide que cuenta con tres pilares muy importantes para lograr cumplir objetivos: la patinadora, su profesora y su familia. La patinadora debe lucirse, pero siempre debe estar acompañada de su profesora y de su familia.

Sobre sus logros y objetivos, Romina mencionó: “Mi mayor logro es poder formar y mantener un grupo estable, un grupo de patinadoras que me siguen y me acompañan. Deportivamente hablando, este año formamos parte por primera vez de la Federación Cordobesa de Patín. Antes competíamos en ligas, y en el 2019 nos consagramos campeones con la vecinal de una liga local y eso me llenó de orgullo”.

“Tanto en el patín como en la vida, uno tiene que tratar de dar siempre lo mejor y nunca darse por vencido, sobre todo en el patín, donde uno se cae más veces de las que queda parado, nos enseña a persistir, insistir y a no desistir”, concluyó como enseñanza la profesora de patín.