Carla Cabrera: «Cuando comencé a jugar en la escuelita municipal era la única nena”
La joven bochófila de 25 años, radicada en Vicuña Mackenna, nos comparte su experiencia en este deporte que muy pocas veces se lo asocia con los jóvenes y rara vez con las mujeres. Desde los 6 años Carla juega a las bochas y su enorme talento le permitió representar al país en el Mundial de 2018.
Por Zamira Córdoba
De familia bochófila, hace 19 años que viene forjando su juego dentro de este excepcional universo de las bochas, con una larga trayectoria que incluye torneos regionales y provinciales. También ha tenido destacadas participaciones en instancias internacionales, demostrando su talento y un carácter fuerte y decisivo dentro de la cancha.
Ver jugar a sus padres las impulsó a aprender este deporte y también compartir partidos con ellos. Todo comenzó cuando apenas tenía seis años. “Cuando comencé a jugar en la escuelita municipal era la única nena. Realmente me gustó desde un principio y a medida que pasaron los años me di cuenta que lo amaba”, comentó Carla.
Amistad, confianza y responsabilidad fueron los ejes principales que la formaron como bochófila. El deporte lo practica con seriedad y autodisciplina, que lo reivindica y refleja en cada lanzamiento.
Entre sus tantos logros, uno de los que ella considera un sueño cumplido fue jugar para la Selección Argentina en el Mundial del 2018. “Jugar para la selección es el mayor sueño de un deportista y gracias a la ayuda de mi familia pude dar lo que más podía de mí en China”, expresó la bochófila. Carla había sido madre poco tiempo antes de la preselección. Fue un gran desafío como jugadora, pero la contención por parte de sus padres fue la clave para su determinación.
Jugar bochas en Argentina es considerado un deporte para gente mayor, sin embargo, todos los clubes tienen un departamento de bochas en los que participan cientos de jóvenes, que incluso son los impulsores del juego. “En el 2019 un chico de Córdoba salió campeón mundial con tan solo 15 años, en si no hay edad para empezar, no hay edad para terminar, es un deporte que abarca todas las edades”, remarcó Carla.
La cuestión de género también está latente en este deporte. Si bien las mujeres han ganados sus espacios en las canchas, aún quedan cuestiones por superarse. Comparado con la cantidad de varones que practican este deporte en la zona, hay pocas bochófilas que compiten. Sin embargo, cuando las oportunidades se igualan las mujeres y jóvenes como Carla demuestran que, así como no hay edades para jugar a las bochas, tampoco responde a una cuestión de género.
Este deporte brinda oportunidades de competir en todo tipo de campeonatos, pero el mayor aporte que puede hacerle a una persona es el de compartir un buen momento, hacer muchos amigos y conocer nuevos lugares porque, a fin de cuentas, es la esencia principal de las bochas: jugar y disfrutar.
Fotos: Gentileza de Carla Cabrera
