Adrián Sasso, de Río Cuarto al ranking mundial del boxeo

Nacido en una familia boxeadora, desde los 4 años se puso los guantes. Fue creciendo entre golpes, valores y sueños cumplidos. Campeón provincial, argentino, sudamericano y latino, con el anhelo de consagrarse campeón mundial.
Por Federico Esmael Illa
La historia de Adrián Sasso comienza en un gimnasio, desde bebe asistía a uno, acompañado por su papá, ex boxeador y sus hermanos, boxeadores activos en ese momento. “A los cuatro años yo no jugaba con juguetes, ya tenía los guantes puestos” expreso.
Su debut fue a los 14 años, en el Club Alberdi. “Fue una pelea muy esperada porque me conocían desde chiquito en el gimnasio” recuerda con emoción.
Su día empieza temprano: se levanta a las 6 de la mañana y a las 7 ya está en el gimnasio. Le dedica dos horas a la parte física. Luego por la tarde, entrena boxeo, entre dos y tres horas. “Disfruto entrenar ya que nada me cuesta. Siempre trato de pasarla bien y con buena onda”.

Su entrenamiento físico es intenso: planes de fuerza, velocidad y potencia. Pero también hay espacio para el trabajo mental. “Hace más de cinco años trabajo con mi psicólogo. Es una contención excelente y me ayuda muchísimo”.
En cuanto al peso reconoce que es una de las partes más difíciles de la preparación. “La categoría o el peso es la peor pelea para un competidor. Yo no me llevo muy bien con eso, pero hay que ponerle buena cara”.
De todas sus peleas, destaca la última como la más significativa, donde salió victorioso. Estaban en juego tres cinturones, incluido el título latino de la OMB, que lo posicionó en el ranking mundial. “Al ganar mi primer título me convencí de que todo se puede” comentó.
La pelea más dura, y también una de las mejores, fue contra el olímpico venezolano José Espinoza. Estaba en juego el título internacional. “Lo tire en el primero, en el segundo estuve mal yo y en el tercero termine ganando”.

Todo su esfuerzo y dedicación se ve reflejado en sus logros: fue campeón provincial como amateur. Como profesional conquistó títulos sudamericanos, argentinos, latinos del CMB y la OMB y el título internacional del Consejo Mundial de Boxeo.
Además, recibió varios premios que lo llenaron de orgullo, como el Fundemur de Oro. “Son reconocimientos que valen mucho, pero sobre todo me hacen pensar en toda la gente que me ayuda en silencio y que nadie ve”.
Algo que tiene claro es que quiere seguir creciendo. Sueña con representar a la Argentina en el exterior y ser campeón mundial. “Quiero dar mis primeros pasos internacionales, defender a mi país y llegar a lo más alto”.

Para él, el boxeo no es solo un deporte. “Te enseña a cuidarte, a tratar bien tu cuerpo. Es una vida sana”. También habla del respeto y coraje como pilares de su camino.
A quienes están comenzando, les deja un consejo simple pero contundente. “Es el deporte más lindo del mundo y deja lecciones de vida importantes. Si sueñan con lograr algo, pueden cumplirlo”.
Sasso lejos de la ansiedad, vive el ring con tranquilidad. La presión la maneja con el apoyo de su entorno. “Siento que nací para esto, trato de disfrutarlo al máximo. Estar con la gente que me quiere, me da paz. Son los que están en las buenas y en las malas”.
La familia ocupa un lugar central. Su pareja Naara, sus hijos Fran y Abel, y sus padres Marcelo y María son parte fundamental de su recorrido. “Mi mayor sueño es tener una familia y lo estoy cumpliendo”.